El oso negro es una de las especies endémicas con las que cuenta nuestra tierra, en los últimos meses su presencia se ha visto de manera más recurrente, pues ante la búsqueda por comida, estos animales optan por acercarse a las comunidades sin desconocer las consecuencias.
Fue en el pasado mes de noviembre, cuando llegó al Museo del Desierto, “Mandi”, una osa que apareció débil, deshidratada y con graves daños en su mandíbula, lo que le imposibilitaba el tomar alimento y beber algún líquido, por lo que, desde su llegada, el MUDE, ha trabajado y coadyuvado para el bien y mejora de la especie, como expresó Juan Carlos Mantilla, del Departamento de Comunicación de este recinto.
El brindar las condiciones y el cuidado a la fauna, es una de las misiones dentro del MUDE, ya que tan sólo durante el 2022 se ayudaron a más de 25 osos, los cuales se lograron llevar acciones para rescatar, reinsertar y, en su caso ayudar a estos ejemplares, los cuales continuarán haciéndose presentes, dada la urbanización de las ciudades y la injerencia de hombre en la naturaleza.
Será durante este año, cuando médicos especialistas puedan operar a este ejemplar, el cual poco a poco se ha ido recuperando, sin embargo, los daños en su mandíbula continúan siendo delicados, por lo que el recinto espera que la osa, llegue a pesar más de diez kilos, para así someterla a una cirugía delicada, esperando salvar su vida y que, una vez recuperada, sea parte de este espacio educativo.