Los términos del acuerdo que evitó por poco una batalla total entre las fuerzas del gobierno ruso y el grupo paramilitar Wagner permanecieron ocultos el lunes, mientras que el ministro de Defensa, Sergei Shoigu, parecía haber conservado su cargo por ahora, y las autoridades sugerían que el líder de Wagner, Yevgeny Prigozhin, todavía está bajo investigación criminal.
El primer ministro ruso, Mikhail Mishustin, dijo el lunes que el país había visto “un desafío a su estabilidad” y llamó a la unidad mientras su gobierno intentaba tranquilizar al público de que las autoridades tenían el control total de la situación luego del breve motín de Wagner durante el fin de semana.
“Lo principal en estas condiciones es garantizar la soberanía y la independencia de nuestro país, la seguridad y el bienestar de nuestros ciudadanos”, dijo Mishustin durante una reunión del gobierno, de acuerdo con el noticiero estatal TASS.
Prigozhin y su grupo detuvieron el sábado su marcha hacia Moscú, donde parecía que se enfrentarían con las fuerzas leales a Putin, luego de alcanzar un acuerdo que permitiría a los integrantes de Wagner –un ejército privado que ayudó a Moscú a combatir en Ucrania– instalarse en Bielorrusia sin enfrentar cargos penales.