Tupperware, cuyos envases de plástico se convirtieron en sinónimo de almacenamiento de alimentos, se declaró en quiebra luego de una lucha de años contra la caída de las ventas y la creciente competencia.
La empresa, que tiene 80 años de antigüedad, solicitó la protección del Capítulo 11 en Delaware, donde dijo que buscará la aprobación judicial para facilitar un proceso de venta de la empresa mientras sigue operando.
La presentación se produce tras prolongadas negociaciones entre la empresa y sus prestamistas sobre cómo gestionar más de 700 millones de dólares en préstamos.
Tupperware advirtió desde 2020 que su capacidad para mantenerse en el mercado estaba en duda. La empresa se recuperó brevemente cuando los confinamientos por el COVID-19 provocaron un aumento de la comida casera y, por ende, de sus ventas.
Sin embargo, aunque los acreedores le dieron a la empresa un respiro, los ingresos siguieron cayendo. En junio de este año, la empresa tenía previsto cerrar su única fábrica en Estados Unidos y despedir a casi 150 empleados.
En la declaración de quiebra, Tupperware enumeró activos de entre 500 millones y 1000 millones de dólares y pasivos de entre mil y 10 mil millones de dólares.
“Este proceso tiene como objetivo brindarnos una flexibilidad esencial a medida que buscamos alternativas estratégicas para respaldar nuestra transformación en una empresa digital y basada en la tecnología, mejor posicionada para servir a nuestros accionistas”, dijo la presidenta y directora ejecutiva de Tupperware, Laurie Ann Goldman, en un comunicado el martes por la noche.
¿Quién creó Tupperware?
El fundador de Tupperware, Earl Tupper, presentó sus productos de plástico al público en 1946 y, posteriormente, patentó su cierre hermético flexible. Los productos de la marca inundaron los hogares estadounidenses, en gran medida a través de fiestas de ventas independientes organizadas en hogares suburbanos, lo que ayudó a la empresa a dominar el mercado durante décadas.
Pero a medida que las fiestas se desvanecían y la competencia se intensificaba, sus productos icónicos se enfrentaron a una demanda debilitada. La empresa no pudo seguir el ritmo cambiante de la venta minorista y de los consumidores que se dirigían a Internet para comprar muchos de los productos básicos que Tupperware vendía.
En 2022, la empresa todavía dependía de las ventas directas a través de un ejército de 300 mil vendedores aficionados. Pero los compradores adquirían cada vez más productos similares (y a menudo más baratos) en línea. Iban directamente a Amazon o Walmart, y quienes querían evitar comprar más productos de plástico podían encontrar envases similares fabricados con envases más respetuosos con el medio ambiente.
Al año siguiente, la empresa se vio envuelta en el frenesí de las acciones meme. Un precio desorbitado de las acciones ocultó muchos de los problemas subyacentes de Tupperware y persistió a pesar de que la propia empresa advirtió que tenía serias dudas sobre su continuidad.
El año pasado, Tupperware reemplazó a su director ejecutivo y anunció sus planes de cerrar la fábrica, pero no fue suficiente para salvar a la empresa.
¿Qué pasará con las operaciones en México?
Las noticias sobre su bancarrota han causado revuelo, especialmente en México, donde la marca tiene una gran presencia y sus productos son populares no solo por su calidad, sino también porque representan una fuente de ingresos para cientos de mexicanos.
Hasta el momento Tupperware no ha proporcionado detalles específicos sobre el impacto que esta crisis financiera podría tener en sus operaciones en México y tampoco ha anunciado el cierre de actividades en el país. Las redes sociales y la página oficial continúan operando con normalidad, sin emitir comunicados relacionados con un posible cese de operaciones.