El trabajo invisible
Desde el año 1988, la Organización de las Naciones Unidas celebra el Día Internacional de las Trabajadoras del Hogar, el 30 de marzo, con un objetivo primordial: promover el valor de esta actividad que por muchos años ha permanecido en el silencio.
A pesar de que el artículo 331 de la Ley Federal del Trabajo desde el 2019 reconoce el trabajo doméstico como una actividad que debe tener un contrato con retribuciones como prestaciones, solo un pequeño porcentaje de las trabajadoras tienen estos beneficios.
De acuerdo con la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo Nueva Edición (ENOEN) al cuarto trimestre de este 2022, en México un total de 2.5 millones de personas a partir de los 15 años realizan trabajo doméstico remunerado. El 90.2% son mujeres y tan solo un 9.8 %, hombres.
Dentro de la encuesta se mencionó que, de las personas ocupadas en el trabajo doméstico remunerado, la mayoría han cursado al menos los primeros ocho años de escolaridad, mientras que el 5.4 % no contaba con instrucción educativa alguna.
Un oficio que, por más de 30 horas laboradas a la semana, en la mayoría de las ocasiones les deja ingresos de 3 mil 829 pesos mensuales. Aquí la equidad de género se queda corta, pues la encuesta arroja que los hombres son mejor pagados por su trabajo, pues mientras las mujeres reciben 3 mil 767 pesos los hombres 4 mil 399, teniendo una diferencia de 632 pesos más, por el hecho de ser varones.