El Salvador ha alcanzado 700 días sin homicidios relacionados con pandillas, un logro histórico tras décadas de violencia liderada por grupos como la Mara Salvatrucha (MS-13) y Barrio 18. Bajo el estado de excepción decretado en marzo de 2022, más de 40 mil pandilleros han sido recluidos en el Centro de Confinamiento del Terrorismo (Cecot), una cárcel de máxima seguridad inaugurada en 2023, donde permanecen totalmente aislados y sometidos a estrictas medidas de control.
La rutina en el Cecot refleja un régimen implacable: celdas con capacidad para 100 internos, sin contacto con el exterior y vigilados las 24 horas. Los prisioneros, sentenciados a penas de hasta 200 años, enfrentan condiciones extremas, como luz constante y alimentos básicos, mientras conviven con enemigos históricos. Aunque el modelo ha reducido la violencia, expertos señalan preocupaciones sobre detenciones arbitrarias y la situación en otras cárceles del país, donde aún persisten el hacinamiento y la incertidumbre para las familias de los detenidos.
