El presidente ruso, Vladímir Putin, realizó su primera visita de Estado a Corea del Norte desde el año 2000, donde fue recibido calurosamente por el líder norcoreano Kim Jong-un. La bienvenida incluyó una guardia de honor y un despliegue de banderas rusas y retratos de Putin.
Uno de los principales objetivos del viaje es la firma de un nuevo tratado de asociación estratégica, que sustituirá acuerdos anteriores y promoverá un sistema comercial y de pagos recíprocos, excluyendo a las potencias occidentales, por lo que, este esfuerzo busca contrarrestar las sanciones internacionales y promover una mayor estabilidad en la región de Asia Nororiental.