El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, firmó una orden ejecutiva para restringir el acceso de migrantes indocumentados y dificultar la obtención de asilo, en un esfuerzo por controlar la frontera sur del país. Las medidas, que entrarán en vigor de inmediato, se activarán cuando se registren más de 2.500 detenciones diarias durante una semana y se suspenderán si bajan a menos de 1.500.
Las políticas nuevas incluyen la aceleración de deportaciones y la imposición de estándares más altos para las entrevistas de asilo, permitiendo que solo niños no acompañados, víctimas de trata y personas con emergencias médicas sean elegibles para solicitar asilo. Sin embargo, la nueva política ha suscitado críticas de activistas de derechos humanos que la consideran un ataque al derecho de asilo, advirtiendo que dejará a miles de migrantes vulnerables sin protección.