El Gobierno de Estados Unidos, liderado por el presidente Joe Biden, ha propuesto una serie de normas destinadas a elevar los estándares para solicitar asilo en la frontera sur. Esta medida busca prohibir que personas consideradas un “riesgo para la seguridad pública o nacional” puedan solicitar asilo y ser admitidas en el país.
Esta iniciativa llega en medio de un año electoral donde la inmigración se sitúa como uno de los temas clave. Aunque la Administración de Biden estima que solo afectará a una pequeña fracción de las personas detenidas diariamente en la frontera sur, estas medidas reflejan un cambio en las políticas migratorias, abandonando algunas de las promesas de campaña del presidente de “restaurar” el sistema de asilo y adoptando políticas más restrictivas.