Rubby Pérez, icónico merenguero dominicano, vivió sus últimos momentos de vida en medio de una presentación en la discoteca Jet Set, en República Dominicana. Zulinka Pérez, hija de Rubby, expresó que el artista estaba a punto de cantar un dúo junto a ella, pero en una decisión que el cantante tomó en el momento, le pidió que tomara otro micrófono, distinto al habitual, por lo que Zulinka quedó más alejada del escenario cuando, unos segundos más tarde, el techo del recinto colapsó y todo quedó bajo escombros.
Esta decisión, que los usuarios en redes señalan como “destino” salvó la vida de Zulinka, cuyo esposo trató de protegerla y en consecuencia se rompió la pierna; sin embargo, la pareja pudo salir con vida del incidente.
Así mismo, los músicos se tiraron hacia atrás al momento del derrumbe, y, por el contrario, Rubby Pérez se tiró hacia adelante, esta decisión podría haberle costado la vida, pues quedó atrapado bajo los escombros al igual que decenas de personas; tantas, que la cifra de fallecimientos actualmente asciende a 150 personas, según Mandy Friddman, respetada periodista de espectáculos,
Friddman señala además que los cuerpos de emergencia mintieron al relatar que encontraron a Pérez gracias a su canto, expresó que, a causa de estas especulaciones no hay algo certero sobre en cuanto tiempo falleció, pero presuntamente pudo haberse tratado de una muerte instantánea.
La noticia del fallecimiento de Rubby Pérez impactó tanto a su público como al mundo del espectáculo, pues murió haciendo lo que más amaba: cantar y entregar su arte en el escenario. Su muerte no solo simboliza una pérdida para la música tropical, sino también un recordatorio de la fragilidad de la vida. La historia de sus últimos momentos ha conmovido a miles, consolidando aún más su lugar en la memoria colectiva de la música latina.
