El testamento de Silvia Pinal, ícono de la Época de Oro del cine mexicano, fue adelantado y leído el pasado 17 de diciembre, generando tensiones entre sus herederos. La rockera Alejandra Guzmán desató polémica al apartar más cenizas de las que le correspondían para convertirlas en un diamante, decisión que enfureció a sus hermanos Sylvia Pasquel y Luis Enrique Guzmán. Además, Efigenia Ramos, asistente de la diva durante 35 años, recibió una parte de la herencia, lo que también causó descontento en la familia.
Ramos heredó el 5% de ciertas obras de arte, un gesto que, según fuentes cercanas, provocó que Sylvia y Alejandra se opusieran a indemnizarla por su retiro. La lectura del testamento, realizada en la casa de la albacea María Elena Galindo, también incluyó bienes para los hijos, nietos y bisnietas de la actriz, así como un fideicomiso repartido en nueve partes iguales. Sin embargo, señalamientos sobre presuntos robos de joyas y desacuerdos entre los herederos marcaron el evento.
La tensión escaló cuando Michelle Salas, bisnieta de Pinal, acusó a Luis Enrique Guzmán de haberse apropiado de joyas de la actriz, lo que él negó. Entre especulaciones y declaraciones encontradas, la familia enfrenta un complicado proceso sucesorio que ha captado la atención de los medios y el público, dejando en el aire el legado de una de las más grandes figuras del cine mexicano.