En Georgia, más de 200 personas han sido arrestadas tras varios días de violentas protestas en Tiflis. Los manifestantes, que se oponen a la suspensión del proceso de adhesión a la Unión Europea, se enfrentaron a la policía con fuegos artificiales y explosivos molotov. La policía respondió con gas lacrimógeno y cañones de agua, dejando más de 100 agentes heridos.
La oposición denuncia que las elecciones parlamentarias de octubre fueron manipuladas con la ayuda de Rusia, y acusa al gobierno de utilizar tácticas represivas para frenar las aspiraciones europeas del país. Por su parte, el gobierno de Sueño Georgiano defiende su postura y asegura que no ha abandonado el camino hacia la Unión Europea, rechazando las críticas internacionales.