Más de 42 mil personas llenaron las calles de Wellington, Nueva Zelanda, en una protesta en defensa de los derechos indígenas maoríes. La manifestación se centró en la oposición a un proyecto de ley que reformaría los principios del Tratado de Waitangi, documento fundacional del país. Los manifestantes, portando banderas de soberanía maorí y entonando cantos tradicionales, resaltaron la importancia de preservar los derechos garantizados por el tratado frente a los intentos de modificarlos.
Aunque el proyecto de ley tiene pocas posibilidades de convertirse en ley, la protesta marcó un punto de inflexión en la solidaridad entre maoríes y neozelandeses no indígenas. Líderes políticos y comunitarios destacaron el carácter pacífico y festivo de la movilización, considerada una de las más grandes en la historia del país. El evento reafirmó el resurgimiento de la identidad maorí y la necesidad de avanzar en la reparación histórica.