El papa Francisco denunció un supuesto caso de corrupción en Argentina durante un simposio en el Vaticano, criticando la conducta de un ministro que pidió una coima a un inversor extranjero. En su discurso, el pontífice señaló que “el diablo entra por los bolsillos” y relató cómo, tras una reunión oficial, el secretario del funcionario solicitó dinero a cambio de un permiso. Aunque no mencionó si el caso involucra al gobierno de Javier Milei, Francisco insistió en la necesidad de políticas justas y equitativas para lograr una verdadera justicia social.
Además, el Papa criticó al gobierno de Milei por el uso de gas pimienta en la represión de una protesta contra el veto a la reforma jubilatoria, calificando la acción como un gasto innecesario en lugar de invertir en justicia social. Francisco condenó la actitud de mirar “desde arriba” a quienes están en situaciones de vulnerabilidad y subrayó que la indiferencia alimenta la violencia y el odio.