Portugal se encuentra luchando contra 36 incendios simultáneos que han dejado un saldo de al menos siete muertos y han devastado cerca de 10 mil hectáreas en diversas regiones del país. Las autoridades han movilizado a más de 3 mil 700 bomberos y una veintena de aviones y helicópteros para combatir los 50 focos activos. Entre las víctimas se encuentran tres bomberos y varios civiles que sucumbieron a las llamas o a crisis cardíacas provocadas por el estrés. Los incendios más graves se registraron en la región de Aveiro, donde varias aldeas fueron afectadas.
El país está en “alerta máxima” desde el fin de semana debido a las altas temperaturas, que superan los 40 °C, y a los fuertes vientos que han avivado las llamas. Las autoridades portuguesas han solicitado apoyo de otros países europeos, recibiendo ya ayuda de España y esperando refuerzos de Francia, Italia y Grecia.