El puerto de Volos, en Grecia, enfrenta una crisis ecológica sin precedentes debido a la muerte masiva de peces en el Golfo de Pegasético. Tras recientes inundaciones, cientos de miles de peces han sido arrastrados desde zonas de agua dulce hacia el mar, y las autoridades han retirado más de 57 toneladas de cadáveres. Este desastre ha afectado la calidad del agua y el aire, causando un hedor insoportable y generando una grave preocupación entre los residentes.
La tragedia ha provocado una fuerte reacción de los empresarios turísticos, quienes enfrentan una caída en el número de visitantes y exigen compensaciones por las pérdidas económicas. Expertos en medio ambiente advierten sobre posibles consecuencias a largo plazo si no se toman medidas urgentes para restaurar y proteger la ecología de la región.