El “gober precioso” abandonó el penal de máxima seguridad del Altiplano para llevar su proceso por tortura en prisión domiciliaria. Mario Marín, acusado de torturar a la periodista Lydia Cacho en 2005, fue trasladado en una ambulancia de la Guardia Nacional a su residencia en Puebla, donde cumplirá con medidas cautelares, incluido el uso de un brazalete electrónico y vigilancia permanente.
Las autoridades judiciales de Quintana Roo determinaron cambiar las medidas cautelares del exmandatario de prisión preventiva a arresto domiciliario, además de imponerle la prohibición de salir del país y de acercarse a la víctima.