Los ciudadanos de Venezuela se preparan para votar el 28 de julio en unas elecciones que podrían marcar un hito en la historia reciente del país. Nicolás Maduro, líder del chavismo, enfrenta un creciente desgaste según las encuestas, mientras que Edmundo González Urrutia, representante de la oposición, aspira a capitalizar el deseo de cambio que se percibe en la nación.
En medio de un clima de tensión, la comunidad internacional observa atentamente el proceso, con Brasil suspendiendo el envío de observadores electorales y figuras como Alberto Fernández instando a Maduro a aceptar los resultados en caso de derrota.