La directora del Servicio Secreto de Estados Unidos, Kimberly Cheatle, admitió ante el Comité de Supervisión y Responsabilidad de la Cámara de Representantes que el intento de asesinato del expresidente Donald Trump fue “el mayor fracaso operativo” de la agencia en décadas.
En su testimonio, Cheatle asumió plena responsabilidad por las fallas en la seguridad y expresó sus condolencias a las víctimas del tiroteo, por otra parte, elogió a los agentes que respondieron rápidamente al incidente, destacando las acciones del equipo de francotiradores y el equipo táctico que neutralizaron al atacante y protegieron a Trump durante la evacuación.