México subió una posición neta en la Clasificación Mundial de Competitividad 2024, elaborada por el Instituto para el Desarrollo Gerencial (IMD, por su sigla en inglés), con sede en Suiza.
En términos absolutos, México se colocó en la posición 56, la misma que en 2023; pero el ranking incluyó a tres nuevas economías este año (dos que se posicionaron debajo de México, Ghana y Nigeria, y una que se ubicó por encima de México, Puerto Rico).
De manera tal que sin estos tres nuevos integrantes, México habría pasado del lugar 56 al 55.
A escala global, Singapur volvió a liderar la Clasificación Mundial de la Competitividad 2024 , tras una breve estancia fuera del primer puesto (pero aún entre los cinco primeros) entre 2020 y 2023. Suiza ocupó el segundo lugar y Dinamarca el tercero de las 67 economías mundiales clasificadas.
Carlos Maroto, director general del Centro de Estudios Estratégicos para la Competitividad, S.C. (CEEC), destacó que entre los desafíos de México está mejorar el entorno empresarial disminuyendo la incertidumbre, mejorando la justicia y la seguridad y protegiendo el marco democrático.
En la trayectoria previa las posiciones del país son las siguientes: 2019 (50), 2020 (53), 2021 (55) y 2022 (55).
Desglosando los cuatro factores de los grandes pilares, México tuvo las siguientes posiciones. En desempeño económico: economía interna (22), comercio internacional (57), inversión extranjera (19), empleo (9) y precios (35), y en eficiencia gubernamental: finanzas públicas (48), política fiscal (20), marco institucional (61), legislación para los negocios (63) y marco social (58).
En eficiencia empresarial: eficiencia y productividad (47), mercado laboral (48), finanzas (62), prácticas de gestión (50) y actitudes y valores (48), y en infraestructura: salud y medio ambiente (56), infraestructura básica (61), infraestructura tecnológica (63), educación (62) e infraestructura científica (56).
Maroto explicó que la competitividad no es una medida exclusiva del crecimiento económico, sino de las condiciones políticas, económicas y socioculturales. Para mejorar en este ámbito, el gobierno debe proporcionar los medios y un ambiente de infraestructura, marco institucional y políticas que sustenten la creación de valor por las empresas.
Desde la perspectiva del CEEC, México requiere promover reformas estructurales para mejorar la educación y las energías limpias; mejorar las relaciones con economías relevantes del mundo, e implementar una infraestructura logística para aprovechar al máximo la relocalización (nearshoring) en México.
Otro de sus desafíos es promover un mayor crecimiento del PIB (3-4%), fomentando el crecimiento del mercado interno a través de la innovación: “Mercados mexicanos para productos mexicanos”.
Maroto dijo que México mejoró en indicadores relacionados con la atracción de Inversión Extranjera Directa (IED), pero que se mantuvo rezagado en aspectos como la salud, la educación y la infraestructura científica y tecnológica.