La declaración del presidente colombiano, Gustavo Petro, sobre su visita a Venezuela, donde se reunió con Nicolás Maduro, generó escepticismo. Aunque afirmó en redes sociales que buscaba construir la paz política, muchos críticos consideraron que sus acciones eran una artimaña para legitimar al régimen de Maduro, especialmente tras la inhabilitación de María Corina Machado.
La controversia se intensificó con la postulación de Manuel Rosales como candidato presidencial en las elecciones del 28 de julio en Venezuela, lo que despertó preocupaciones entre los líderes opositores. Críticos como Leopoldo López denunciaron la movida como otro intento de fortalecer al régimen, cuestionando la falta de apoyo a Machado y reiterando su compromiso con la verdadera oposición democrática en Venezuela.