En un escenario marcado por el próximo término de la administración de Andrés Manuel López Obrador (AMLO), el cual concluirá en el tercer trimestre del año, el saldo de la deuda de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) con proveedores alcanzó el segundo nivel más elevado de los últimos seis años, debido a los cambios en los precios de los combustibles y hasta el tipo de cambio.
A partir del análisis “PEMEX Y CFE en la Mira“ del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), se precisa que de enero a septiembre de 2023, la empresa eléctrica registra un saldo de obligaciones hacia proveedores y contratistas por 71,100 millones de pesos.
En tanto, el año en el que se registró el mayor monto de deuda, contemplando también el corte del tercer trimestre, fue en 2022, con 77,600 millones de pesos. Mientras que el tercer mayor incremento en la actual administración federal se generó de enero a septiembre de 2018, con 58,600 millones.
Para el director de Energía del IMCO, Oscar Ocampo, entre las razones por las que se disparó la deuda fue por la situación volátil con el precio de los combustibles.
El incremento en la deuda con proveedores, ahondó, es un fenómeno que conlleva implicaciones significativas para las empresas, afectando diversos aspectos de su salud financiera y operativa.
Problemas para proveedores de la CFE
Específicamente, el aumento en la deuda con proveedores puede ejercer presión directa sobre la liquidez de la empresa, limitando su capacidad para cumplir con otras obligaciones financieras y operativas.
También se generan relaciones comerciales deterioradas, que podría resultar en la pérdida de confianza por parte de los proveedores, afectando la disponibilidad de suministros y condiciones de crédito favorables en el futuro.