El jueves, Daniel Noboa, el nuevo presidente de Ecuador y heredero millonario de un imperio empresarial a los 35 años, asumió el liderazgo de un país sumido en una violenta guerra contra el narcotráfico. Tras jurar el cargo en una ceremonia con la presencia del presidente colombiano Gustavo Petro y otros dignatarios extranjeros, Noboa, elegido en octubre con la promesa de restaurar la paz en Ecuador, sucede a Guillermo Lasso, quien convocó elecciones anticipadas para evitar un posible juicio político. Su mandato será de solo 18 meses, completando el periodo restante de Lasso.
A pesar de ser históricamente un refugio de paz entre los grandes exportadores de cocaína, Colombia y Perú, Ecuador ha experimentado un aumento de la violencia en los últimos años, con bandas enemigas vinculadas a cárteles mexicanos y colombianos compitiendo por el control. La violencia relacionada con el narcotráfico ha resultado en alrededor de 3 mil 600 asesinatos en lo que va del año, según el Observatorio Ecuatoriano de Crimen Organizado.