El gobierno de Texas ha comenzado la instalación de un “muro flotante” en el río Bravo, en los límites con México, como parte de su operativo de Estrella Solitaria para reforzar la seguridad en la frontera sur. Cuadrillas contratadas han trabajado arduamente para colocar las boyas a mitad del cauce, cubriendo una distancia de poco más de 300 metros hasta el momento.
Se espera que se anclen alrededor de tres kilómetros en total, abarcando los dos puentes internacionales y del ferrocarril.
Estos dispositivos se suman a las medidas previas implementadas, como la colocación de contenedores y alambres cortantes, con el objetivo de desalentar la migración ilegal. El gobernador Greg Abbott busca que estas boyas actúen como una barrera disuasoria adicional y desinhiban a los migrantes de aventurarse a cruzar el río.