Islandia ha abierto el acceso al sitio de la reciente erupción volcánica cerca de la capital, Reykjavik, después de que los gases tóxicos se disiparan en su mayoría. La erupción, que ocurrió en la península de Reykjanes, ha disminuido en intensidad, lo que ha permitido que las multitudes se acerquen al área.
Aunque no se están produciendo cenizas volcánicas, se advierte a los visitantes sobre los peligros potenciales, como el flujo de lava y los gases volcánicos. Islandia es conocida por su actividad volcánica debido a su ubicación en la cordillera del Atlántico medio. En 2010, una erupción en el país paralizó el tráfico aéreo en Europa durante semanas. Aquellos que deseen visitar el área actual deberán prepararse para una caminata en terreno rocoso sin senderos.
