Ante el riesgo de incidentes tras la muerte de un joven a finales de junio y los destrozos ocurridos en Francia, se desplegarán 45 mil policías y gendarmes durante la fiesta nacional del 14 de julio. El presidente Emmanuel Macron ha declarado que, en caso de desórdenes, se intervendrá con determinación máxima. Estas declaraciones surgieron durante una rueda de prensa en Vilna, Lituania, después de su participación en una cumbre de la OTAN.
Se ha ordenado detener de manera sistemática a aquellos que intenten arruinar estas noches de celebración, y se garantizará la prohibición de la venta de cohetes después de haber incautado 150 mil unidades desde el 27 de junio.
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