Tras una fuga de gas en un barrio cerca de Johannesburgo, Sudáfrica, diecisiete personas fallecieron, incluyendo dos niños de cuatro años y uno de nueve. El incidente se relaciona con la minería ilegal que procesa oro, según elementos de emergencia.
Bomberos y servicios de emergencia, recibieron una llamada sobre una explosión de gas, por lo que, al indagar, descubrieron que se trataba de una fuga de gas procedente de un cilindro que contenía gas venenoso, según el vocero de los servicios de emergencia William Ntladi.
La oficina del presidente Cyril Ramaphosa dijo en un comunicado que fue “una pérdida terrible y trágica de vidas inocentes”.