Un poderoso tornado azotó un pueblo cerca de Didsbury, en la provincia canadiense de Alberta, dejando destrucción en la zona. Aunque varias casas fueron devastadas y se reportó la pérdida de ganado, las autoridades informaron que no hubo heridos graves. El tornado, que tuvo un ancho estimado de 1 a 2 kilómetros, generó una advertencia emitida por Environment and Climate Change Canada.
Según Dean Allan, teniente de alcalde de Carstairs, ubicada al sur de Didsbury, el tornado pasó entre ambas comunidades y causó daños en al menos 12 casas, de las cuales algunas quedaron completamente destruidas. Los rescatistas tuvieron que sacar a una mujer ilesa de su sótano en una de las casas afectadas.
El primer ministro Justin Trudeau expresó su solidaridad y aseguró que los canadienses están dispuestos a brindar ayuda a las personas afectadas por el tornado, instando a todos a mantenerse a salvo mientras se continúa monitoreando la situación.