El presidente de Uganda, Yoweri Museveni, ha promulgado una controvertida ley contra la comunidad LGBT, que ha recibido duras críticas por su represividad y ha sido condenada por organismos internacionales y gobiernos occidentales.
La ley, aprobada por el Parlamento en marzo, impone duras penas a las relaciones entre personas del mismo sexo y es justificada por los legisladores como una forma de proteger la cultura nacional y sus valores.
La promulgación de la ley ha generado preocupación, ya que se considera discriminatoria y contraria a los derechos humanos, abriendo la posibilidad de violaciones sistemáticas de los derechos de las personas LGBT.
A pesar de que el presidente Museveni había pedido enmiendas al texto, las disposiciones más severas se mantuvieron, incluyendo la penalización de la “homosexualidad agravada”, que podría llevar incluso a la pena de muerte para reincidentes.